Las manos están en contacto con innumerable cantidad de objetos y personas, y también con gérmenes que pueden ser perjudiciales para la salud. Cuando una persona no se lava las manos con jabón pueden transmitir bacterias, virus y parásitos ya sea por contacto directo (tocando a otra persona) o indirectamente (un trayecto en cualquier transporte público, acariciar a un animal y, obviamente, después de tirar la basura. Pero aún hay más: las mesas, el teléfono, el teclado del ordenador, los pasamanos de las escaleras, los pomos de las puertas, las monedas…)

Resfriados, infecciones oftálmicas y otras enfermedades pueden propagarse a través de las manos al estornudar, toser o frotarse los ojos, y luego contagiarse a familiares o amigos. Escondidos en nuestras uñas y en los dedos, no tardan en entrar en nuestro organismo y declararle la guerra. Ahora que empieza el frío, la gripe y la gastroenteritis se convierten en una epidemia difícil de eludir, a menos que uses la pastilla de jabón varias veces al día.

Flora microbiana de las manos

1.-Flora residente: Se llama así a la flora que se multiplica y sobrevive en la piel y puede ser replicada por cultivo. Aún sin dar evidencia a infección. Por ello, las manos actúan como fuente de infección. Estafilococos coagulasa negativo, Micrococos,Bacilos Difteroides. Aunque el único bacilo Gram. negativo considerado residente es ACINETOBACTER CALCOACETICUS, que se encuentra en las glándulas sebáceas y folículos pilosos, es de baja patogenicidad, pero puede causar infecciones en inmunodeprimidos, neonatos o procedimientos.

2.-Flora transitoria: Son contaminantes recientes. Su presencia no supera las 48 horas. No se multiplican. Las manos solo sirven de Klebsiella ssp.,E. Coli, Pseudomona aeruginosa Salmonella,Shigella,Stafiloccocus Aureus,Cándida.

Lavado de manos

El lavado de manos es la frotación vigorosa de las manos previamente enjabonadas, seguida de un aclarado con agua abundante, con el fin de eliminar la suciedad, materia orgánica, flora transitoria y residente, y así evitar la transmisión de estos microorganismos de persona a persona.

El lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas y económicas de prevenir enfermedades diarreicas y respiratorias, entre otras.

Por eso, es importante lavarse las manos:

Antes y después de manipular alimentos y/o amamantar.

Antes de comer o beber, y después de manipular basura o desperdicios.

Después de ir al baño, sonarse la nariz, toser o estornudar y luego de cambiarle los pañales al bebé.

Luego de haber tocado objetos “sucios”, como dinero, llaves, pasamanos, etc.

Antes y después de atender a un bebé, a alguien que está enfermo o de curar heridas.

Después de haber estado en contacto con animales.

 

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